Y sin comerlo ni beberlo, hemos llegado a la última publicación del mes y ya no nos volveremos a ver por aquí hasta Septiembre. El año pasado sólo tomamos de vacaciones 2 semanas, pero este año vamos a tomarnos Agosto entero de vacaciones porque aún no hemos preparado absolutamente nada del bebé, y de hecho os escribo estas líneas pensando que en cualquier momento llega el pequeño! Además, quiero aprovechar y exprimir al máximo estos últimos días como familia de 3, quiero crear algunos últimos recuerdos de cuando Olivia era la única y cerrar, aunque me cueste, esta pequeña etapa. Porque es verdad, me está constando mucho cerrar este capítulo titulado #missOlivia en el que sólo ella es la protagonista. Estoy segura que lo que está por venir es incluso mejor y más bonito, pero de momento sólo conozco ésto y me gusta TANTO, que no puedo imaginar algo más maravilloso y me cuesta aceptar que ya toca su fin. Durante el embarazo he tenido muchos días (y semanas) en las que he dudado y en las que he me echado a llorar pensando que aún quería mantener durante un poco más de tiempo esta vida de 3 que tanto me gusta. Siempre he oído eso de que las niñas son de los padres y los niños de las madres. En cualquier caso, generalizar de esta forma lo encuentro absurdo, los niños son del padre y de la madre, pero sin duda nosotras dos tenemos una conexión especial y creo que se debe al hecho de que en personalidad se parece mucho a mi. En lo bueno y en lo malo, tiene mi carácter :)
Este embarazo se me ha hecho un poco pesado y lo he sentido eterno, aunque no me gustaría despedirme con este post y esta etapa destacando lo malo…Pero lo cierto es que en este embarazo ha habido tiempo para todo, semanas que han volado y estas últimas que con tantos dolores y durmiendo poco y mal se me han hecho muy cuesta arriba, sobre todo si las comparo con Olivia. Yo quiero seguir estando al 100% y así lo he intentado durante todos estos meses, pero estoy ya llegando al límite y me lo noto. Lo bueno o malo es que viví el embarazo de #missOlivia exactamente en las mismas fechas, ya os conté que casi me coinciden las fechas en las que salgo de cuentas, y cuando comparo ambos embarazos, no hay color. Tengo que reconocer también que esperaba verme peor de lo que en realidad estoy; no sé si esto tiene mucho sentido teniendo en cuenta lo que os he dicho unas líneas más arriba… Pero a estas alturas esperaba verme super hinchada, con unos pies que no me entrarían en ningún sitio y con una cara con unas facciones que no me permitirían reconocerme en el espejo. Y sin embargo, aunque me he encontrado peor en el terreno de los dolores -he tenido muchas molestias- me he visto mejor a nivel físico porque mis piernas aún siguen siendo las mismas y aun me parece mi cara cuando me miro al espejo, sin contar que todavía hoy hago prácticamente vida normal aun a pesar de las 37 semanas de embarazo :) Muchas me habéis dicho que ya me notáis un cambio en la cara… Cuando lo vives en primera persona, no eres capaz de advertirlo, pero es verdad que creo que todo cambia porque yo lo vi cuando tiempo después vi mis últimas fotos y posts embarazada de Olivia.
A penas me he enterado de este embarazo, y aunque sí que he tenido todo más controlado que cuando Olivia, casi no me he parado a pensar en este nuevo bebé y en disfrutar de la barriguita. Sinceramente, al principio de este embarazo tenía bastante claro que con este nuevo bebé cerrábamos la etapa embarazo y la posibilidad de aumentar la familiar, pero desde hace unos meses no lo tenemos tan claro… Así que se me hace raro, porque por un lado no siento que esto sea una despedida y por otro, tengo miedo de que al final lo sea y yo no haya podido disfrutarla más. Igual, sé que soy joven y aún me queda tiempo y margen con respecto a este tema, pero a las mamás primerizas os diría que disfrutárais mucho, muchísimo porque con los segundos la situación cambia drásticamente y todo se vive de otra forma.
Creo que lo que más me está gustando de este segundo embarazo es la serenidad y la naturalidad en cómo lo vives. Con el primero, todo son dudas, miedos y preocupaciones, imaginando cómo será esto, idealizando ciertas situaciones y simplificando muchas otras. Cuando se trata del segundo, ya sabes a lo que vas y eso te da cierta seguridad y tranquilidad, todo te lo tomas de otra forma y cada reto lo afrontas con otra actitud. Yo siempre pensé que era una locura estar embarazada con otro bebé por medio y lo cierto es que aunque ha supuesto más trabajo, tener a Olivia ha hecho que tire más de mi. He sacado fuerzas de donde creía que ya no quedaban, me he seguido tirando con ella al suelo a jugar aun a pesar de mis dolores y nunca he tenido un mal gesto con ella incluso cuando me moría de cansancio. Todo lo contrario. Ella ha tirado mucho de mi y ella ha hecho más llevadera esta etapa porque consigue que casi cualquier problema se esfume tan pronto veo que se dibuja esa sonrisa pilla en su cara. Supongo que en parte es ahí donde reside la magia de la maternidad y el convertirte en madre: conocer partes de ti que hasta ahora resultaban desconocidas y estaban ocultas en un lugar de tu interior que solo descubres cuando te inicias esta etapa. Lo he dicho varias veces pero así lo siento: ser madre te cambia por completo y sin duda desarrollo esa versión de ti en una mejor.
Este embarazo ha resultado un reto en muchos aspectos, porque a nivel trabajo también fue muy duro. El primer año de vida de Olivia lo pasé muy mal anímicamente –os intentaré hablar del tema en algún momento- y justo cuando todo empezaba a volver a la normalidad, volvía a sentirme yo, surgió este segundo embarazo y mentiría si no dijese que no me hizo tambalearme un poco. Me dio miedo pensar en volver a retroceder, en volver a perderme en el camino y no encontrarme… Pero ha sido al contrario. Y como de los errores se aprende –o eso debemos- sé que errores cometí de forma inconsciente cuando me estrené como madre y que esta vez no haré. Pero bueno, de muchos de estos cambios y lecciones ya os hablaré una vez llegue el nuevo miembro de la familia y todas estas cosas se apliquen, porque seguramente hay cosas que no sé cómo se darán hasta que llegue el caso. El caso es que tengo muy claro que quiero vivir esta etapa de bebé con menos estrés del que viví con Olivia, porque entonces todo era una angustia y cada cosa mala la achacaba a mi culpa. No sé si tendré la suerte de que este bebé duerma mas y mejor de lo que lo hizo -y hace- Olivia, pero tengo claro que no me voy agobiar en exceso y lo voy a vivir todo con la mayor naturalidad posible.
Mientras tanto, sólo os puedo dar las gracias por haberme acompañado en este segundo embarazo, por haber sido siempre tan cariñosas conmigo, dedicarme bonitas palabras y comentarios que me alegraban esos días que estaba baja de ánimos, haber entendido las faltas que he podido cometer en el camino y de alegraros por mi como con cada paso que he dado en estos últimos 6 años. De corazón os digo que aún hoy todo esto me alucina y me parece increíble que lo que empezó como una cosa tonta se haya convertido con el tiempo en un sueño hecho realidad. Es una locura pensar lo que la vida me ha cambiado en estos últimos años, la de cosas que he conseguido y las metas que he alcanzado, me he superado en cosas para las que pensaba que ni servía y me he sorprendido amando temas que hace años ni me interesaban. Estoy feliz :)
Por supuesto, esta vez sí que quería hacer unas fotos bonitas y diferentes con la barriguita antes de que ésta desaparezca. No ha salido como quería porque Olivia no se encontraba del todo bien, pero intentaré hacer otro día alguna foto más para tenerlas de recuerdo. Os mando un beso muy muy fuerte y mil gracias a las que seguis conmigo desde hace tantos años, a las que os incorporásteis mas tarde y a las recién llegadas. Me alegro que aún a pesar de tantos cambios aún sigamos teniendo cosas en común :) Os mantengo informadas de todo en mis redes sociales :)