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Lo mejor de alojarte en un Riad dentro de la medina es que tienes todo a mano. Lo peor es que cuando quieres salir de ella, tienes que ir andando un buen tramo porque no hay acceso para los coches/taxis. Hay calles callejones que son muy estrechos, y el ancho de ellos varía de edificio en edificio. Es un lío pero es una de las cosas que más encanto le da a la ciudad a mi parecer. Ese revoltijo de calles que parecen imposibles pero que al final terminas conociéndote. Y es que al final, de un modo u otro, llegarás a tu destino ;) Además, los locales siempre que ven a los turistas con el mapa o parados hablando, en seguida te empiezan a dar las indicaciones de dónde queda la plaza Jemaa El Fna. Sin embargo, había veces que nos queríamos «perder» a propósito, porque es la mejor forma para llegar a las calles más auténticas, menos concurridas y casi nada turísticas. Esta vez no estábamos perdidos, sino que esta calle quedaba cerca de nuestro Riad. Si me preguntáis, es obligatorio callejear por Marrakech sin mapa ni móvil, recorrer todas las calles, pasar por puertas maravillosas y con otras que dan a patios impresionantes. Ver la cantidad de artesanos trabajando la piel, haciendo tejidos, cosiendo mochilas o carritos con frutas para reponer fuerzas con un zumo recién hecho. Y por supuesto, si vais a Marruecos, no podéis dejar de visitar sus tiendas de especias porque no sólo son super bonitas, si no que además huelen de maravilla y albergan más secretos de los que podéis imaginar. Venden especias o tés de diferentes sabores, pero también puedes encontrar perfumes naturales, aceites esenciales, jabones… Una alegría para todos los sentidos, y desde luego una bonita foto si también eres amante de la cocina como yo :) Esta en concreto, donde hicimos fotos -que está en la misma plaza donde empieza Souk des teinturiers-, es una de las que más veréis en internet o Pinterest y no lo sabíamos. Todas las tiendas son muy bonitas, pero esta nos gustó porque en aquel momento teníamos la luz perfecta y además, fue a la misma que fue con mi madre hace 11 años ;) De igual modo, veréis que a casi cada paso que deis, encontraréis una tienda llena de cojines y de alfombras colgando, a cual de ellas más bonita. Por mi, hubiese traído una maleta llena hasta arriba! Este día, paseamos hasta llegar al restaurante Le Jardin donde comimos un riquísimo tajine; seguimos callejeando y pasando por mil y un zocos hasta llegar a Souk des teinturiers para comprar cojines berberes y alguna que otra cosa más. Y para acabar subimos a la terraza del Café des épices para ver la puesta de sol mientras tomábamos un zumo con música en directo. El día más perfecto que podría haber imaginado :) No os preocupéis porque estoy preparando una guía de los imprescindibles de la ciudad, algunos tips, restaurantes y algunas recomendaciones, pero será hasta que publique todo cuando os la enseñe.

¡Mil besos! 

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