«¿Cuándo ir a por el segundo?»

Este es un tema que he hablado mucho con mis amigas y al que le doy vueltas desde hace tiempo, y pensé que sería interesante hablar sobre él aquí. Estoy segura que, todas las que somos madres, nos hemos hecho esta pregunta al menos una vez. Desde luego, es una decisión cuanto menos complicada, y es que meterte en esta aventura de ser padres de nuevo cuando aún no has recuperado el ritmo es muy difícil. Más de lo que parece e incluso más que la primera vez! Porque con el primero no eres consciente de todo, así que te dejas llevar más por la ilusión que por el miedo porque en tu inocencia no sabes lo que es realmente tener un bebé. A la segunda, ya sabes lo que te espera en lo bueno y en lo malo, y resulta difícil porque ya no eres imparcial en esta toma de decisiones. Nosotros nos estuvimos repitiendo esta pregunta una y otra vez desde que #missOlivia cumplió 10-11 meses, antes habíamos incluso hablado que podíamos ser felices con uno solo… Por un lado, no queríamos esperar mucho, pues siempre habíamos hablado que sería mejor que se llevasen poco tiempo y como quien dice siempre resulta más fácil meterte en faena cuando ya estas en ella. Por otro, nos daba miedo que en la espera Olivia creciese, nosotros recuperásemos mucha de la independencia perdida y nos diese “pereza” volver al cambio de pañales, potitos, etc…

Teníamos claro que nosotros queríamos embarcarnos de nuevo en este maravilloso caos, pero al mismo tiempo nos veíamos muy desorganizados y pensar que la llegada de otro bebé nos terminaría de romper los esquemas y la pequeña organización adquirida y que tanto nos había costado… Decidimos que era mejor esperar, organizarnos bien y recibir al nuevo bebé en nuestra “nueva vida”. Y aquí es donde surge otra duda más. «¿Y si lo intentamos programar para una fecha que nosotros consideramos mejor y entonces, empieza esa indeseable historia de un bebé que no llega?» Esta claro que cada pareja es un mundo, y hay a las que les funciona mejor el hecho de programarlo y ajustarlo a sus vidas y organización, y otras parejas que prefieren abarcarlo de forma natural y esperar que el bebé llegue. Lo bueno es que hoy en día hay aplicaciones y dispositivos como la pulsera AVA, que pueden ayudarte a vivir todo este proceso de forma natural y que tu controles tanto como desees… Pero vamos a ir por partes y primero voy a hablaros de mi experiencia y opinión con respecto a la edad ideal entre hijos.

Desde que tuve a Olivia, muchas me habéis preguntado por el tema del embarazo y sobre todo por la concepción; si nos costó mucho, si fue a la primera, si lo programamos, qué nos hizo lanzarnos… Creo que es inevitable que este tema no genere miedos, dudas e incluso levante ampollas. Está claro que en esto del embarazo intervienen muchos factores, de toda clase y algunos son complicados de manejar… Entonces, ¿mejor programarlo o que todo fluya natural? Con Olivia tenía muy claro que no quería programar nada, quería que llegase cuando tuviese que ser, sin forzarlo y menos aún, andar pendiente y cargar con las posibles decepciones… Yo me conozco muy bien y si me establecía una fecha y primero las semanas y luego los meses corrían sin suerte, me empezaría a preocupar aunque estuviésemos dentro de los tiempos normales. Se considera normal intentarlo durante un año y a partir de ese momento sí que te hacen pruebas de fertilidad, y la media de tiempo en quedarte embarazada es de en torno a 6-8 meses. Así que, en mi caso, funcionaba mejor el no programarlo y que llegase cuando tuviese que llegar. Nosotros teníamos muy claro que queríamos ser padres jóvenes y no queríamos alargar la espera, sentíamos que era el siguiente paso y estábamos listos. En nuestro caso, fue rapidísimo, tanto que nos sorprendió! Pero claro, incluso cuando te ves joven, bien de salud y sin problemas aparentes, siempre tienes ese miedo en cuanto a si te vas a poder quedar embarazada o si te va a llevar mucho tiempo… Ese miedo creo que es innato y nunca se supera. El caso es que en esta segunda ocasión nos daba más miedo lanzarnos a la aventura y es que como os decía, no soy partidaria de programar estas cosas, pero hay veces que no queda otra. Por ejemplo, cuando planeábamos nuestra mudanza a Buenos Aires (y aún no sabía que estaba embarazada), estuvimos viendo en el calendario en qué momento tendríamos que dejar de intentarlo, porque ya sabéis que hay restricciones para volar a partir de la semana 28 y más en vuelos de larga distancia. No nos podíamos arriesgar a que la fecha de parto quedase muy cerca de la de nuestra vuelta, porque el visado nos caducaba y no podíamos prolongar la estancia de ningún modo. Y por supuesto, mantuve mi temor pensando que aunque la primera vez hubiese sido muy rápido, no tenía por qué seguir igual esta segunda vez… Y esto reconozco que me quitaba el sueño. Por un lado, quería volver a tratarlo de la misma forma en que sucedió el de Olivia, pero por otro lado pensaba ¿y si llega en el peor momento posible? Parece que necesitas una señal o alguien que te diga que cualquier momento en realidad es el ideal porque el perfecto no existe. Pero el destino y la suerte entró en juego y ambos quisieron que se cumplieran los planes, los originales, y es que siempre habíamos hablado que nuestra diferencia de edad ideal eran dos años.

Sin embargo, si os soy sincera al 100%, por un lado estoy muy feliz de que haya pasado de esta forma “natural” porque a veces me sentía como «Quiero pero… Ay, no sé…!!». Me daba pánico equivocarme y sentir que podría haber esperado un poco más o todo lo contrario. Así que, de esta forma, me quité ese peso de encima, pero siendo honesta con vosotras, ya no tengo claro que el mejor intervalo sean dos años y quizás es mejor tres. Al menos esa es la sensación que tengo desde hace varios meses, aunque puede ser que esta percepción cambie una vez tenga a los dos en mis brazos. Olivia está ahora mismo en esa fase intermedia entre bebé-niña y la llegada del segundo bebé puede resultar en un retraso en el abandono de esa etapa más bebé. Pienso que ya no tengo margen para ponernos con la tarea de que deje los pañales, el chupete, que adquiera más independencia.. porque cumple 2 años el 14 de agosto, muy próximo a la fecha en la que salgo de cuentas. Además, tengo que decir que ha sido bastante duro lidiar con un bebé con todo lo que un embarazo conlleva. Es verdad que esta vez ha pasado en un abrir y cerrar de ojos, pero también ha sido mucho más intenso y cansado, dónde va a parar… Me da un poco de pena porque quería disfrutar bien e intensamente de este embarazo, pero casi ni he tenido tiempo de pensar que otro ya venía en camino!

Ha sido por mis amigas que me he enterado de que existen aplicaciones para el móvil para el control de la fertilidad y de la concepción, porque francamente no tenía ni idea! Las veo útiles como diario o recordatorio personal, pero por lo que he visto y probado, no te dan control sobre la situación y las veo poco precisas… Depende de que tú rellenes todos los datos cada día pero y en el momento qué te olvidas? Es por eso que me interesé tanto cuando me hablaron de AVA, un dispositivo en forma de pulsera pensado para ambos casos, tanto para hacer un seguimiento de tu ciclo menstrual como para concebir. Obviamente, aún no he podido hacer pleno uso de él en ese aspecto ya que lo he descubierto estando embarazada, pero he visto cómo funciona y además he descubierto que se puede usar también para monitorear el embarazo. Una vez introduces tus datos personales y otros acerca de tu ciclo, lo único que tienes que hacer es ponértela cada noche a la hora de dormir y recogerá toda la información de hasta 9 parámetros diferentes para hacer una medida precisa. Me parece una gran ventaja, porque no veo práctico levantarte y tener que tomarte la temperatura cada día, anotarlo… La pulsera lo hace todo por ti y con todos esos datos, la pulsera te indicará tus días fértiles, porque solo hay seis días fértiles por ciclo y se ha demostrado clínicamente que Ava es capaz de detectar cinco de esos días con cinco días de antelación. Sin duda alguna, ésto ayuda a que el proceso –sobre todo en el caso de concebir y cuando está habiendo algún «problemilla»- sea más natural y se sienta menos artificial. Porque aunque por suerte no me he visto en la situación, como os decía, siempre existe cierto miedo en cuanto a si tardará mucho en llegar ese ansiado bebé porque nunca se sabe y a estas alturas he oído de todo e historias de todas las clases. Algunas chicas que han pasado por esto y que se han animado a contar su historia y el proceso, todo lo que han tenido que hacer, cuántas mediciones tenían que tomarse y cuántos datos recabar a diario… Francamente, no me imagino vivir este proceso tan bonito e ilusionante en ese ambiente tan tenso porque se sabe que el estrés interfiere en estos casos (de hecho uno de los parámetros que la pulsera mide es el estrés). Pienso que hoy en día que tenemos tantos avances y que la tecnología crece a pasos agigantados a diario, que todo esto se pueda usar también para facilitarnos la vida y ayudarnos en algo tan bonito e importante creo que es para tenerlo en cuenta y no descartarlo.

He intentado que este post sea lo más completo posible y he contado prácticamente toda mi experiencia en este tema, pero si tenéis alguna duda, miedo o experiencia que queráis compartir conmigo, no dudéis en escribirme porque quiero ayudaros en todo lo posible y además, puede ser que indirectamente os ayudéis entre vosotras ♥

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